Cómo liberarse de la tiranía de las reglas


«Las reglas se hicieron para romperlas» dice la frase. Verdaderamente, todos poseemos reglas tóxicas que conviene eliminar. Me refiero a reglas, normas o mandatos que tienen la forma de «deberías». Los «deberías» son demandas que guían la conducta y regulan las emociones. Sin embargo, estas demandas son rígidas, irreales y ansiógenas. En este artículo te sugiero algunas pautas para reconocer las reglas tóxicas y liberarte de ellas. 

LOS DEBERÍAS SON REGLAS PERSONALES
En gran medida, las personas poseen una serie de normas rígidas sobre cómo deberían actuar los demás, cómo deberían actuar ellas y cómo deberían ser las cosas. Ellas se vuelven superexigentes porque todo debería ajustarse a sus expectativas. Se sienten muy frustradas o enojadas si esto no sucede. Estos  son algunos «deberías» aplicados a uno mismo:

—«Yo debería ser perfecto hijo, amigo, pareja, padre, estudiante, etc.»
—«Yo debería ser capaz de soportar cualquier dificultad sin perturbarme ni quejarme»
—«Yo nunca debería sentirme dolido. Siempre debería estar feliz y sereno»
—«Yo nunca tendría que sentir miedo en una cita romántica»
—«Yo debería ser perfectamente competente y eficiente»
—«Yo nunca debería sentir algunas emociones como la ira, la envidia o los celos»
—«Yo nunca debería cometer errores»
—«Yo nunca debería estar cansado o enfermar»
—«Yo debería tener logros que supongan estatus, riqueza o poder»
—«Yo siempre debería estar ocupado; descansar es perder el tiempo y la vida»
—«Yo debería ser siempre amable»
—«Yo no debería ocupar el tiempo en procurar mi propio placer»
—«Yo debería siempre agradarle a las personas»
—«Yo siempre debería tener la palabra correcta en una conversación»
—«Yo siempre debería expresarme con facilidad en las relaciones sociales»
—«Yo nunca debería sentirme aburrido y cuando eso sucede es insoportable»

REGLAS SALUDABLES vs REGLAS TÓXICAS
No estamos diciendo que toda regla sea mala por naturaleza. Las reglas o valores son guías de comportamiento, por ejemplo, en las relaciones familiares e interpersonales. No obstante, es necesario distinguir entre reglas saludables y tóxicas.

Las reglas saludables son:

1. Flexibles: Las reglas flexibles permiten las excepciones cuando las circunstancias lo justifican, mientras que las reglas tóxicas son inflexibles y de aplicación universal. Por ejemplo, «Yo siempre debería colaborar con las personas» no es una regla flexible porque no admite excepciones. Las reglas tóxicas, a menudo, emplean palabras como "nunca", "siempre", "todo", "perfectamente", etc.

2. Se examinan: Las reglas saludables se examinan haciendo uso de la razón. En cambio, las reglas tóxicas se aceptan sin cuestionar su contenido. Ellas se consideran verdades  por motivos de fe, autoridad o influencia cultural.  Por ejemplo, «Yo siempre debería estar ocupado; descansar es perder el tiempo y la vida».

3. Realistas: Las reglas saludables son realistas porque se basan en hechos no en ideales acerca del bien. Las reglas saludables guían la conducta hacia resultados positivos. En cambio, las reglas tóxicas son dogmáticas y globales, exigiendo obediencia porque es lo «correcto o justo». Por ejemplo, «El matrimonio tiene que ser para siempre». Según esta regla tóxica deberíamos soportar maltratos o insultos solamente porque estar casado es lo «correcto», sin considerar el bienestar de la víctima o los hijos.

4. Fomentan la vida: Significa que las reglas saludables tienen en cuenta tus necesidades emocionales, sexuales, intelectuales y recreativas. Por otro lado, las reglas tóxicas atentan contra el bienestar, la felicidad y el crecimiento personal. Para permanecer sanos y equilibrados las reglas tienen que favorecernos. Por ejemplo,  «Yo no debería ocupar el tiempo en procurar mi propio placer» es una regla tóxica que no promueve el bienestar.


LA TIRANÍA DE LOS DEBERÍA
Frecuentemente la gente se tortura con sentimientos de culpa o autoacusación cuando rompe una regla tóxica. Ellas se sienten indignas y malvadas. No obstante, nunca se han dedicado a evaluar si sus normas son rigidas, irreales y basadas en suposiciones. Los deberías solamente son creencias que las personas confunden con verdades y que exigen cumplimiento. Sino  reconocemos este hecho, seremos víctimas de reglas tóxicas, es decir, estaremos sometidos a la tiranía de los debería.

CÓMO LIBERARSE DE LAS REGLAS TÓXICAS
El primer paso consiste en examinar las reglas personales. Cuando son tóxicas ellas violan los criterios de flexibilidad, razón, realismo y fomento del bienestar. Revisemos el siguiente caso:

Guillermo es tapicero durante el día, repartidor de noche y vigilante los fines de semana. Guillermo cree que «tiene que estar ocupado para lograr algo en la vida». Él se dice cada día: «Yo nunca debería perder el tiempo porque seguiré sintiendo que no soy nadie hasta que gane dinero y respeto». En consecuencia, Guillermo padece de úlceras, fatiga crónica y casi nunca ve a su familia. ¿Qué hay de malo con la regla de Guillermo? ¿Se aplica a tu caso?

La regla de Guillermo es rígida, irreal y no fomenta el bienestar. Las reglas saludables son flexibles porque consideran excepciones. Guillermo, en cambio, dice: «Nunca debería perder el tiempo...» como si el descanso fuera algo terrible y malo. También su exigencia es poco realista porque considera que la única manera de ser valorado es a través del dinero: ¿Dondé está la prueba para esta afirmación? Imagina que no tienes un centavo en este momento. ¿Eso significa que eres indigno y nadie te respetará? Finalmente, su regla tampoco fomenta el bienestar pues trabajar sin descanso deteriora la salud. ¿Dónde está su derecho al recreo, la diversión y la salud?

PREFERENCIAS vs EXIGENCIAS
Como señalamos inicialmente, los deberías tienen la forma de exigencias o demandas que si no se cumplen producen ansiedad y malestar emocional. El segundo paso para liberarnos de las reglas tóxicas consiste en expresarlas como preferencias o deseos. Por ejemplo, con respecto a Guillermo:

«Yo nunca debería perder el tiempo porque seguiré sintiendo que no soy nadie hasta que gane dinero y respeto»

La regla anterior puede reformularse como:

«Yo desearía estar ocupado ganando dinero pues me parece importante; sin embargo, el autorrespeto no depende de cuánto dinero yo gane»

Esta nueva creencia es más racional pues se ajusta a la realidad. Tampoco plantea como una necesidad, demanda o exigencia estar siempre trabajando.

En consecuencia, la fórmula para los deberías es:

Me gustaría, quisiera, desearía ….... sin embargo …....

En resumen, siguiendo los dos pasos anteriores puedes deshacerte de muchas reglas tóxicas que te complican la vida y producen malestar emocional.

Psicólogo Renzo Angel Benvenuto
rbenvenuto@doctor.com

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