Combatiendo las ideas negativas: terribilización


El psicólogo Albert Ellis, precursor de la psicología cognitiva, bautizó con el término “terribilizar” la tendencia a interpretar negativamente los acontecimientos, a esperar siempre lo peor. Conceptualmente la define como la inclinación a convertir una situación determinada en una preocupación que induce a pensar en la peor conclusión imaginable (dramatizar). Es claro que esta forma de pensar produce ansiedad o angustia.

Sabemos que estamos terribilizando o catastrofizando, si decimos palabras como horrible, terrible, desastroso, catastrófico, etc. Es una falsedad perjudicial, decir que algo es horrible.  Ejemplos:

—«Si el jefe me desautoriza frente a los empleados eso sería horrible»
—«Si invito a bailar a una chica y me rechaza sería desastroso»
—«Si mi mejor amiga(o) me traiciona eso sería horroroso»
—«Mi meta es el éxito. Si nunca lo consigo, eso significaría el final para mí»
—«Si no logro que mi pareja abandone el alcohol eso sería un maldito fracaso»
—«Tengo que demostrar que sé hacer bien mi trabajo; ¡si me despidiesen sería horroroso!»
—«Si no logro casarme antes de los 30, todos se burlarán de mí y eso sería una catástrofe»
—«Sería una tragedia fracasar en mi segundo matrimonio. Eso sería la ruina para mí»
—«Me prohibieron jugar al futbol por un falso dopaje: ¡Me cortaron las piernas!»
—«Si nadie me saca a bailar eso sería el fin del mundo»
—«Si mi hijo no ingresa a la universidad nunca conseguirá buenos empleos; eso sería terrible»
—«Sería una tragedia quedarse mudo en la primera cita»
—«Tengo 35 años y no tengo novio: ¡Dios mío, qué desastre!»

Cuando describimos una situación como “horrible” la evaluamos como absolutamente nociva. Eso se conoce como “evaluación destructiva”.



¿Pueden calificarse todas las situaciones como terribles? ¿No te parece que nos estamos saltando algunos pasos? Las personas se equivocan cuando hacen “evaluaciones destructivas”. Ellas piensan irracionalmente provocándose a sí mismas frustración, miedo, cólera, dolores de cabeza, tensión muscular, problemas gastrointestinales, etc. En cambio, la “evaluación constructiva” se ajusta más a la realidad y produce menos estrés.




La “evaluación constructiva” nos ayuda a ser más objetivos describiendo las situaciones. En lugar de dramatizar o exagerarlo todo, hacemos una evaluación más precisa: ¡las cosas son buenas o malas! Ir más allá es salirse de proporción, convertirlo todo en una tragedia griega. Justamente, para neutralizar la “terribilitis” podemos usar palabras más objetivas como “Esto es muy triste / doloroso / inconveniente / desagradable… para mí.”


TERRIBILIZAR: ERRORES FRECUENTES
Los errores más comunes cuando dramatizamos las situaciones son los siguientes:

1. El primer error podríamos llamarlo "semántico". Los calificativos terrible, horrible, desastroso, entre otros; son exageraciones porque mayormente no se ajustan a la realidad. Ejemplo: «Si nadie me saca a bailar eso sería el fin del mundo». Sería más apropiado decir «… eso sería bochornoso o incómodo» pero nunca “el fin del mundo”.

2. Sacar las cosas de proporción. Los calificativos "terribilizadores" son exageraciones pues nos dan a entender que nada podría ser peor. Ejemplo: «Tengo 35 años y no tengo novio: ¡Dios mío, qué desastre!». Si esto es “terrible” entonces como calificaríamos padecer un cáncer terminal, sufrir un accidente automovilístico o la muerte de un familiar.

3. Error lógico. Cuando decimos que algo es horrible en realidad estamos afirmando que algo es peor que 100% malo. Es decir, 101% o más malo. Obviamente, cometemos un error lógico pues nada es peor que el 100%.

4. Error de perspectiva o visión de túnel. Es un error frecuente creer que nada bueno podemos sacar de una situación adversa. La evidencia muestra que nada es absolutamente malo. Hasta de las peores condiciones podemos sacar beneficios. Ejemplo: «Sería una tragedia fracasar en mi segundo matrimonio. Eso sería la ruina para mí». El divorcio aparentemente es un fracaso; sin embargo, si somos más objetivos, encontraremos aspectos positivos.

5. Error pragmático. No importa el término que utilices (horrible, terrible u otro), al exagerar cometes un error práctico. Es decir, te ocasionas un daño emocional y físico. Es manifiesto el deterioro de la salud en las personas cuyas vidas son “novelas telelloronas”. Esto sucede porque las "terribilizaciones" poseen una fuerte carga emocional. Si, en su lugar, empleas un lenguaje más preciso, abandonando la dramatización, reducirás el estrés, tendrás más energía y bienestar.

ANÁLISIS DE CASO
Nuestro siguiente personaje tiene el mal hábito de "terribilizar"...

«Felipe es un tipo amargado. Los años que lleva como chofer de transporte público no le han favorecido. Sus continuas riñas con otros conductores en su ruta le hacen la vida insoportable según afirma. Pero eso es lo de menos. Actualmente, Felipe traslada sus actitudes defensivas y beligerantes a su casa. Su palabra favorita es "horrible". Si hay problemas con el cable eso es "terrible"; si su sala está en desorden eso es "desastroso"; si sube la tarifa del agua eso es "catastrófico". Y así podemos continuar».

¿Cuáles son los errores de Felipe? Primeramente, Felipe comete errores semánticos calificando, por ejemplo, el aumento de la tarifa del agua, como un evento terrible. Segundo, parece que nuestro personaje exagera todo lo que sucede a su alrededor. También podemos añadir errores de perspectiva y prácticos. Dejo al lector un análisis detallado.

EVALUACIÓN CONSTRUCTIVA
Es apropiado cambiar las evaluaciones que incluyan términos como horrible, desastroso, calamitoso, y otras similares, por "evaluaciones constructivas". Estas últimas son más precisas, nos acercan a la realidad y el nivel de estrés es menor (“Esto es muy triste / doloroso / inconveniente / desagradable… para mí.”). Seguiremos la formula:

Podría ser malo (doloroso, desagradable, etc.)... pero no sería terrible

Sabemos que no se trata de aplicar fórmulas mecánicamente, pero al menos es el primer paso para abandonar la dramatización. Vamos a aplicarlo en el caso de Felipe:

Este mes volvió a subir la tarifa del servicio de agua. ¡Esto es terrible!

De acuerdo con la fórmula:

Es desagradable que vuelva a subir la tarifa del agua, pero de ninguna manera es algo terrible

Si Felipe modifica su forma negativa de evaluar las cosas, sentirá cierto alivio del estrés. En estas condiciones podrá idear cursos de acción que le ayuden a solucionar el problema. Por ejemplo: revisar si hay alguna fuga de agua en su vivienda, racionalizar el agua, cerrar la llave principal cuando todos duerman, etc. 

En resumen, la terribilización genera malestar emocional, impide ver las cosas claramente y encontrar soluciones prácticas. A todas luces, es preferible ser más precisos al momento de calificar las situaciones.


Psicólogo Renzo angel Benvenuto
rbenvenuto@doctor.com

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