Entendiendo el dolor crónico: causas, síntomas y tratamientos


No es solo malestar físico, el dolor crónico tiene un impacto emocional. Las personas reportan síntomas de ansiedad, depresión, irritabilidad, frustración y culpabilidad como consecuencia del deterioro en la calidad de vida, lo que dificulta el trabajo, la socialización y la participación en las actividades cotidianas. Al mismo tiempo, el dolor crónico tiene un impacto económico. En EE.UU., el Instituto de Medicina estimó su costo anual en 560 mil millones de dólares, lo que incluye costos médicos directos y costos indirectos como pérdida de productividad laboral. Debido a la relevancia del dolor crónico, exploramos sus causas, síntomas y opciones de tratamiento.




1. El dolor crónico

Afecta a millones en el mundo. Solo en occidente la prevalencia es del 7 al 13%. A diferencia del dolor agudo, que es una respuesta normal a una lesión o enfermedad y se alivia con el tiempo, el dolor crónico persiste meses o incluso años. Los síntomas comunes incluyen dolor punzante, ardiente, o eléctrico. Se puede sentir además tensión o rigidez en el área afectada. En detalle, la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés) lo define como dolor persistente que se extiende más de 3 meses desde su aparición, y lo observamos en patologías como artritis reumatoide, neuropatías periféricas o después de una lesión.


Síntomas

Los síntomas varían de leve a muy fuerte y no desaparecen como se esperaba después de una enfermedad o lesión. Así tenemos:

—Dolor que dura meses o años.

—Rigidez y disminución de la movilidad.

—Fatiga y dificultad para dormir.

—Ansiedad y depresión.

—Capacidad reducida para concentrarse y realizar tareas diarias.

El dolor crónico es una experiencia altamente individualizada, y los síntomas y el impacto en la vida de la persona pueden variar según la causa y la gravedad del dolor.


2. Tipos de dolor crónico

Aunque los tipos más comunes son el dolor de artritis, dolor de espalda y dolor de cabeza, muchas otras condiciones producen dolor persistente. Veamos algunas.


Artritis

El término significa inflamación de las articulaciones. Si bien hablamos de ella como una sola enfermedad, hay varias formas de artritis, afectando cualquier articulación del cuerpo. Las causas o desencadenantes incluyen una lesión, falta de actividad física, desgaste natural de las articulaciones o enfermedad genética. Dependiendo del tipo de artritis, los signos y síntomas pueden incluir dolor, rigidez, hinchazón, enrojecimiento y disminución del rango de movimiento. Las dos formas más comunes de artritis son la osteoartritis y la artritis reumatoide.

Dolor de espalda

El dolor de espalda es una de las razones más frecuentes por las que se visita al médico y se falta al trabajo. A menudo, los dolores ocurren en la parte inferior de la espalda (área lumbar), que soporta la mayor parte del peso. En su origen, el dolor de espalda está asociado con distensión muscular o espasmos, la ciática, disco herniado, degeneración articular y tono muscular reducido por inactividad física. Mientras el dolor de espalda agudo debido al exceso de peso o lesión desaparece, en un porcentaje de personas nunca remite y se vuelve crónico.

Síndrome de dolor regional complejo (SDRC)

Igualmente conocido como enfermedad de Sudeck o distrofia simpática refleja, es una forma poco común de dolor crónico que afecta, por lo general, a un brazo o una pierna. Los síntomas pueden variar, pero a menudo incluyen dolor intenso y persistente, cambios en la temperatura y el color de la piel, hinchazón, sensibilidad al tacto y dificultad para mover la extremidad afectada. Pueden conducir a esta condición lesiones por aplastamiento, fractura y amputación o traumas menores como cirugías, infecciones e incluso tobillos torcidos. Se conocen dos formas de SDRC, el tipo 1 y el tipo 2.

Fibromialgia

La fibromialgia es un conjunto de síntomas que incluye dolor crónico generalizado con sensibilidad, fatiga, dificultad para dormir y ansiedad. Síntomas asociados pueden incluir problemas digestivos, entumecimiento, rigidez, hormigueo, dolor de cabeza, sensibilidad a medicamentos, alimentos, cambios climáticos y de temperatura, dolor durante la menstruación, mareo y cambios de humor. Varios factores contribuyen al desarrollo de la fibromialgia. Una teoría, llamada sensibilización central, sostiene que es debida a un umbral más bajo para el dolor. Otros factores pueden incluir la liberación de sustancias inflamatorias —llamadas citoquinas—, la privación del sueño, lesiones, anomalías del sistema nervioso simpático, medicamentos, alimentos y cambios en el metabolismo muscular.

Dolor de cabeza

Es una queja común. Los dolores de cabeza pueden variar desde molestias fugaces hasta aquellos intensos que regresan con la frecuencia suficiente para convertirse en un problema crónico. Hay dos categorías. Tensional, producido por eventos estresantes, como un trabajo exigente, una discusión con un amigo o familiar. Mantener posturas prolongadas y estresantes, durante la jornada, también causan dolores de cabeza tensionales. El migrañoso, es un dolor punzante en un lado de la cabeza, a menudo en la sien o la frente, intensificado por ruidos fuertes. Las migrañas pueden originarse por cambios en el tronco encefálico y sus interacciones con el nervio trigémino, una de las principales vías del dolor. Los desequilibrios en las sustancias químicas del cerebro, incluida la serotonina, reguladora del dolor en el sistema nervioso, también pueden estar involucrados.

Síndrome del intestino irritable

Si bien no causa daño estructural ni inflamación, el síndrome del intestino irritable (SII) es un motivo frecuente de consulta médica. El SII es un trastorno complejo del tracto intestinal inferior que causa dolor, distensión abdominal, gases y episodios recurrentes de diarrea o estreñimiento. La afección puede deberse a alteraciones en los nervios que controlan la sensación o las contracciones musculares en el intestino. Los cambios hormonales también pueden desempeñar un papel. Las fluctuaciones hormonales ayudan a explicar por qué los síntomas de algunas mujeres empeoran antes o durante la menstruación.

Dolor de boca, mandíbula y cara

El dolor crónico en la boca, mandíbula y cara es común entre las personas como resultado de problemas dentales —caries o enfermedad de las encías— u otras afecciones orofaciales. Por ejemplo, el síndrome de boca ardiente, una sensación de ardor en la lengua o los labios, causado por infecciones crónicas, reflujo de ácido estomacal, enfermedades de la sangre, etc. Neuralgia del trigémino, un dolor similar a una descarga eléctrica en un lado de la cara, que se desarrolla cuando un vaso sanguíneo entra en contacto con el nervio trigémino, ejerciendo presión sobre el nervio. Y los trastornos de la articulación temporomandibular, donde el síntoma común es dolor en la mandíbula, la cara, el cuello o la oreja —otros signos y síntomas incluyen dolores de cabeza, bloqueo o traba de la mandíbula y chasquidos durante su uso—, debido a trauma y degeneración de la articulación o alteración de los músculos adyacentes.

Dolor de cuello

En algún momento de su vida, dos tercios de la población sufre dolor de cuello. La mayoría de veces, el dolor dura solo unos días o semanas. De vez en cuando, sin embargo, el dolor puede volverse crónico. Los movimientos repetitivos o una mala postura que conducen a la fatiga y el uso excesivo pueden tensar los músculos, ligamentos o tendones del cuello, produciendo inflamación y dolor. La mala postura, ya sea inclinarse en la computadora en el trabajo o encorvarse sobre la silla de trabajo en casa, también es una causa común de dolor de cuello. Igualmente, puede deberse a una hernia de disco o a una degeneración de las articulaciones en la parte superior de la columna debido a la osteoartritis.

Dolor pélvico

Aunque el dolor pélvico puede afectar a ambos sexos, alrededor del 15% de mujeres ha consultado al médico por esta afección. No se puede hallar la causa física del dolor pélvico, pero conocemos las condiciones asociadas. En el caso femenino tenemos: la endometriosis, la mialgia por tensión del suelo pélvico, la enfermedad inflamatoria pélvica crónica, la cistitis intersticial, el síndrome de congestión pélvica, el síndrome de ovario remanente y los fibromas con crecimientos uterinos no cancerosos. 

Neuropatía periférica

Es una afección relacionada con los nervios y afecta con mayor frecuencia a las manos y los pies, lo que provoca un hormigueo que puede ir acompañado de entumecimiento. En algunas personas, el dolor puede ser punzante o ardiente. La neuropatía periférica puede deberse a muchas razones. Las causas más comunes son la diabetes, el alcoholismo, las enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide o el lupus y las neuropatías hereditarias. Sin embargo, también se asocia a los efectos secundarios de los medicamentos, incluidos algunos medicamentos de quimioterapia, así como a infecciones o deficiencias vitamínicas.


3. Causas del dolor crónico

Existen causas y factores relevantes en el dolor crónico. Entre los más característicos tenemos:


Lesiones o traumatismos

El daño nervioso o la inflamación de los tejidos resultante de la lesión inicial o trauma, como una fractura, esguince o cirugía, puede provocar dolor persistente.

Condiciones médicas

Ejemplos de condiciones médicas causantes de dolor persistente, más allá del periodo de curación esperado, incluyen fibromialgia, artritis, neuropatía, endometriosis, migraña y cáncer.

Inflamación

La artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal y trastornos autoinmunes, las cuales son condiciones crónicas, pueden causar dolor persistente debido a la inflamación continua en los tejidos u órganos afectados. En resumen, la inflamación crónica puede dar lugar a dolor crónico.

Daño nervioso

La neuropatía periférica, neuropatía diabética, neuralgia posherpética y otras afecciones que causan daño al tejido nervioso pueden causar dolor crónico.

Factores psicológicos

El estrés, la ansiedad y la depresión son factores etiológicos en el dolor crónico, ya que pueden amplificar la percepción del dolor, contribuir a su persistencia e impactar la experiencia global del dolor.

Sensibilización central

La sensibilización central es una respuesta anormal del sistema nervioso central, que provoca una respuesta amplificada al dolor. Puede ocurrir en condiciones como fibromialgia y síndrome de dolor regional complejo, donde el cerebro y la médula espinal se vuelven hipersensibles a las señales de dolor.

Factores genéticos

Las variaciones genéticas pueden influir en la sensibilidad al dolor, el procesamiento del dolor y el riesgo de desarrollar ciertos trastornos de dolor. Algunas personas presentan una predisposición genética que favorece el desarrollo del dolor crónico.

Factores de estilo de vida

Algunas “conquistas” del nuevo milenio como la conducta sedentaria, la mala postura, la obesidad, la falta de actividad física y la ergonomía inadecuada provocan desequilibrios musculares, tensión y condiciones de dolor crónico.

Edad

Según la edad, el dolor crónico es más incidente. La osteoartritis, la estenosis espinal y el desgaste relacionado con la edad pueden contribuir al dolor crónico en los adultos mayores.

Factores ambientales

La exposición a ciertas toxinas o contaminantes pueden contribuir al desarrollo del dolor crónico. La exposición prolongada a productos químicos, por ejemplo; o las tareas ocupacionales repetitivas puede dar lugar a síndromes de dolor crónico.

El dolor crónico tiene una naturaleza multifacética, a menudo involucrando una combinación de estos factores. Diversas teorías o modelos buscan integrarlos, dándoles sentido.


4. Teorías o modelos del dolor crónico

Los modelos son formas de comprender el fenómeno complejo del dolor, armar el rompecabezas, donde las piezas son los factores causales. Revisamos los modelos más conocidos.


Modelo de enfermedad

El modelo de enfermedad, de enfoque biologicista, sostiene que los síntomas álgicos pueden explicarse, en esencia, por alguna condición mórbida. Por tanto, los tratamientos apuntan a corregir la causa física del dolor. Simple, pero atractivo. No obstante, a pesar de los avances en la medicina, existe un consenso: los factores físicos por sí solos no explican plenamente el problema del dolor.

Teoría de la compuerta

Esta teoría plantea que hay un mecanismo de compuerta (gate control) en la médula espinal que modera el dolor. La puerta puede abrirse o cerrarse debido a una serie de factores tanto físicos como psicológicos. ¿Qué puede abrir la puerta? La ansiedad, los pensamientos negativos y concentrarse en el dolor, por ejemplo. La relajación, las emociones positivas y la distracción, por otro lado, pueden cerrarla. Si bien no hay certezas respecto a la naturaleza de la “puerta” y su ubicación en el sistema nervioso central, el modelo fue el primero en reconocer una variedad de factores que influyen en el dolor, especialmente los psicológicos. De este modo, allanó el camino para el modelo biopsicosocial.

Modelo biopsicosocial del dolor

Los estudios han generado evidencias sobre la sinergia entre diversas fuerzas en la génesis del dolor. Así surgió el modelo biopsicosocial. Para este enfoque, todos los problemas médicos, no sólo los del dolor, están influenciados por factores biológicos, psicológicos y sociales. La diabetes, por ejemplo, tiene una base biológica; sin embargo, están involucradas variables psicosociales en el curso de la enfermedad y el tratamiento. Asimismo, la investigación ha demostrado que los métodos más efectivos para manejar el dolor crónico tienen en cuenta los múltiples factores involucrados.


5. Diagnóstico del dolor crónico

El diagnóstico del dolor crónico puede ser un proceso complejo, ya que no existe una sola prueba o herramienta que pueda identificar la afección. En cambio, los proveedores de atención médica generalmente se basan en una combinación de historial médico, examen físico y pruebas de diagnóstico; incluso se emplean escalas como La Escala de Catastrofización del Dolor (PCS), El Índice de Dolor Generalizado (WPI), La Escala de Gravedad de Síntomas (SSS), La Escala de Salud Abreviada (SF-36), El Inventario Breve del Dolor (BPI) y La Escala Visual Analógica (VAS). 

En algunos casos, se pueden usar pruebas de imagen como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas para identificar la causa subyacente del dolor. Los análisis de sangre también se pueden usar para descartar ciertas afecciones médicas que pueden causar dolor crónico.


6. Tratamiento del dolor crónico

Hay un abanico de opciones. Según la causa subyacente, las preferencias y necesidades del individuo podrían elegirse algunos. Los tratamientos más comunes incluyen:


Medicamentos

Para controlar el dolor crónico, se usan varios tipos de medicamentos. Así tenemos los analgésicos de venta libre, como el paracetamol y el ibuprofeno; y los medicamentos recetados, como los opioides, los antidepresivos y los anticonvulsivos.

Terapias alternativas

Las terapias alternativas como la acupuntura, los masajes y la atención quiropráctica alivian el dolor a muchas personas. Estas pueden ayudar no solo a reducir el dolor sino a mejorar la movilidad, evitando el uso de productos farmacéuticos.

Tratamientos psicológicos

Los tratamientos como la terapia cognitivo conductual (TCC) y la reducción del estrés basada en la atención plena (MBSR) son eficaces para controlar el dolor crónico, sobre todo, de influencia psicológica. Estas terapias pueden ayudar a las personas a sobrellevar el dolor, reducir la ansiedad y mejorar su calidad de vida.

Fisioterapia

La fisioterapia es eficaz para el dolor crónico causado por lesiones o afecciones musculoesqueléticas. Un fisioterapeuta puede mejorar la fuerza, la flexibilidad y la movilidad, a través de un programa de ejercicios individualizado.

Cambios en el estilo de vida

Es esencial en el dolor crónico implementar el ejercicio regular, una dieta saludable y el control del estrés. El ejercicio puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la salud en general, mientras que una dieta saludable proporciona nutrientes esenciales para apoyar la curación y reducir la inflamación.

Procedimientos intervencionistas

Hay procedimientos intervencionistas como bloqueos nerviosos, inyecciones de esteroides o estimulación de la médula espinal para controlar el dolor crónico. Estos procedimientos generalmente los realiza un especialista en manejo del dolor y tienen como objetivo bloquear o reducir las señales de dolor en el cuerpo.


7. Manejo del dolor crónico

Es un desafío vivir con dolor crónico, pero se pueden tomar medidas para controlar sus síntomas y mejorar la calidad de vida. Algunos consejos incluyen:

—Mantener un diario para rastrear los síntomas e identificar los factores desencadenantes del dolor.

—Participar en actividades que proporcionen diversión y distracción.

—Desarrollar un sistema de apoyo que incluya familiares, amigos y proveedores de atención médica.

—Practicar la meditación o la respiración profunda, técnicas para reducir el estrés.

—Seguir una dieta saludable.

—Hacer ejercicio regularmente.

—Buscar un proveedor de atención médica para desarrollar un plan de tratamiento personalizado.


Conclusión

El dolor crónico es una condición multifacética y, a menudo, debilitante que tiene un impacto significativo en la calidad de vida. Si bien no existe una cura para el dolor crónico, existen muchas opciones de tratamiento disponibles que pueden ayudar a las personas a controlar sus síntomas y mejorar su bienestar general. Lo más conveniente, según el modelo biopsicosocial, es adoptar un enfoque holístico para el manejo del dolor.

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