Mitos acerca del perdón


Mark Twain, escritor americano, decía que el perdón es la fragancia que derrama la violeta en el talón que la aplastó. Sin duda, perdonar es un acto espiritual elevado. Por el contrario apegarse al odio, uno de los sentimientos más perturbadores, tiene consecuencias físicas y psicológicas. Es paradójico que guardar rencor nos cause más dolor que la persona que nos lastimó. Buda lo graficó en estas palabras:

«Aferrarse al enojo es como agarrar un carbón caliente con la intención de aventárselo a alguien más; el que sale herido eres tú».

Hace décadas, la psicología positiva empezó el estudio del perdón: sus determinantes, antecedentes, consecuentes y beneficios para el organismo. Así, respecto a sus beneficios tenemos:

1. Niveles de estrés más bajos

De acuerdo a un estudio del Hope Center, uno de los beneficios del perdón es la reducción de los niveles de cortisol («llamada hormona del estrés», tiene efectos sobre casi todos los órganos y tejidos del cuerpo y se encuentra asociada a problemas de ansiedad y depresión).

2. Mantiene sano tu corazón

EL perdón también es bueno para el corazón. Un estudio sugiere que las personas que guardan rencor tienden a ritmos cardiacos más elevados, mientras que los que son más empáticos y capaces de perdonar tienden a ritmos más moderados.

3. Reduce el dolor

De acuerdo con un estudio publicado por el Duke University Medical Center, perdonar a aquellos que nos hicieron algún daño puede reducir el dolor tanto emocional como físico. 

4. Reduce la presión arterial

Dejar ir el enojo puede reducir tu presión arterial. Estudios muestran que el perdón está asociado con ello porque disminuye la reactividad autonómica, aminorando el estrés y, en consecuencia, reduciendo la presión arterial.

5. Extiende la vida

Los rencores pueden restarte años de vida. De acuerdo con un nuevo estudio, después de revisar a adultos de 66 años y más, y determinar su habilidad para perdonar, aquellos que eran de naturaleza menos apegada al rencor, tendían a vivir más tiempo ¡Perdona y libérate!

Perdonar desde el prisma psicológico

«Perdonar», definido por la ciencia, es un concepto diferente de aquel que encontramos en las doctrinas religiosas o sabiduría popular. De allí la confusión de significados y el origen de los mitos alrededor del perdón. Seguiremos a Enright y Fitzgibbons (2000) en su definición del perdón. Para estos autores, el perdón se da cuando:

«Las personas, al determinar racionalmente que han sido tratadas injustamente, perdonan cuando voluntariamente abandonan el resentimiento y las respuestas relacionadas (a las que tienen derecho), y se esfuerzan por responder al malhechor basándose en el principio moral de beneficencia, que puede incluir compasión, valor incondicional, generosidad y amor moral (a lo que el malhechor, por naturaleza del daño infringido, no tiene derecho)».

Mitos del perdón

Si admitimos la definición anterior, podemos excluir los mitos o ideas erróneas acerca del perdón. Entonces, perdón no es...

Indulto legal o clemencia
Puede existir un formulismo jurídico, sin embargo, perdonar va más allá de un tecnicismo.

Condonar o excusar
Puede eximirse el agravio, pero importa más lo que sucede en el agraviado.

Reconciliación
Puedes reunirte nuevamente, pero aún no perdonar con sinceridad.

Justificación
Puedes perdonar, pero no tienes que creer que el daño fue justo.

Olvidarse
Puedes olvidar, pero hacerlo te dejaría vulnerable a la ofensa nuevamente.

Ajustar cuentas
Vengarse de alguien no es lo mismo que perdonar.

Dejar que el tiempo cure la herida
Perdonar es una conducta activa más que pasiva.

Abandonar el resentimiento
Podríamos dejar ir el resentimiento pero aún no perdonar.

Poseer sentimientos positivos
Podemos sentirnos positivos hacia un individuo, pero aún así no lo perdonamos.

Decir «Te perdono»
Puedes perdonar sin necesidad de usar palabras específicas.

Tomar la decisión de perdonar
Puede implicar una decisión, pero el perdón es un proceso que lleva tiempo.

Una solución rápida
Perdonar lleva tiempo, y el progreso puede fluctuar.

Aceptar lo que sucedió sabiendo que Dios se encargará de castigar a quien te ofendió
Este enfoque se enfoca más en la justicia que en el perdón.

Decir «Tengo la satisfacción de no dejar que la persona me afecte»
Si no son palabras sinceras se trata más bien de una racionalización.

«Dejar que la otra persona sepa cuánto me debe»
Esta es una forma de venganza, y usar la mala acción/ transgresión como un arma a mi favor.

En este blog encontrarás más artículos acerca del perdón y próximamente escribiremos sobre algunas técnicas que nos ayudan a perdonar. Si te gustó el artículo déjame tu comentario.

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