Como vencer el autodio con la compasión


El antídoto para el autodio es la compasión. Consciente o no, el autodio, maltrato reiterado e irracional que destruye la autoestima, se espresa mediante una voz hipercrítica «no valgo», «soy un fracaso» o «nadie me ama» al margen de la realidad. Por el contrario, la compasión se expresa mediante la voz compasiva que reconoce nuestro derecho a fracasar, dejando la autoestima a salvo. Aprende a desarrollar la voz compasiva, pero antes hablemos de compasión.

Definición de compasión

La compasión es la capacidad dirigida a eliminar el sufrimiento y producir bienestar. Ya que es una capacidad, puedes adquirir compasión si careces de ella o mejorarla si ya la tienes. Por otro lado, no confundas compasión con caridad, lástima o generosidad. Estas acciones pueden ser falsas cuando involucran un sentimiento de superioridad hacia el beneficiario.

La triada compasiva

La compasión requiere tres ingredientes: comprension, aceptación y perdón. Lo veremos por separado.

a) Comprensión

Es el primer paso hacia una relación compasiva contigo mismo y con los demás. Entender las razones por las cuales actúan tú o los otros, te ofrecerá otra perspectiva, cambiará tus sentimientos y emociones. Por ejemplo, entender por qué fracasaste en una relación sentimental existen numerosas razones es mejor que autoculparte tóxicamente.

b) Aceptación

Llegar a la aceptación de los hechos no es sencillo. Aceptación significa reconocer lo sucedido sin juzgarlo, ni a favor ni en contra. Las cosas son como son y no como exigimos que sean. Por ejemplo, puedes decirte: «acepto el hecho de que mi relación no funcionó». Esto es muy diferente a juzgar con el hígado: «mi relación fracasó y siempre seré un perdedor».

c) Perdón

Perdonar es resultado de aceptar. Significa dejar las cosas atrás; pasar la página y cerrar el caso. Empezar de nuevo con una hoja en blanco. Así te liberas de la carga generada por la cólera, vergüenza o resentimiento. No más ajuste de cuentas y nadie te debe nada. Por ejemplo, puedes decir: «me perdono a mi mismo por los errores que cometí, pero ahora miro hacia adelante». 

La compasión para mejorar la autoestima se ha estudiado regularmente. Las personas que son compasivas consigo mismas tienen mejor autoestima.

Autoestima y Compasión

La esencia de una saludable autoestima es la compasión hacia sí mismo. Como vimos, cuando existe compasión, te comprendes, aceptas y perdonas. Sea que cometas un error o actúes mal , la compasión te ayudará a verte como una persona básicamente buena. Por el contrario, cuando no existe compasión, te odiarás sin ninguna consideración, serás tu peor enemigo. El autodio o dañarse a sí mismo se expresa mediante la voz crítica.

La voz crítica

No es una voz saludable y racional. Hablamos de un juez severo e inflexible que te devalúa a cada instante. Las personas que se lastiman a sí mismas con frases denigrantes («no valgo nada», «todo lo hago mal», «soy un estorbo») nunca aprendieron la voz compasiva. Es una poderosa herramienta para protegerte de ti mismo. Si no reemplazas la voz crítica con la voz compasiva corres el riesgo de aniquilar tu autoestima y hacerte vulnerable a la depresión.

La voz compasiva

Reuniendo los tres elementos de la compasión (comprensión, aceptación y perdón) ahora podemos elaborar formulas de la voz compasiva. Al principio, la actitud habitual consiste en juzgar y rechazar pero no te desanimes. Por ejemplo, si te retrasas con algun reporte de oficina quizas te digas: «Soy una tortuga, todo me sale mal. Si pierdo este empleo nadie me contratará». Para reemplazar frases nocivas como esta, podemos utilizar el siguiente esquema:

a) Comprensión

Estas preguntas darán luz sobre los hechos propios o ajenos:

1. ¿Qué necesidades estaba tratando de satisfacer cuando lo hice?
2. ¿Qué conocimientos o recursos tenía a mi disposición en ese momento?
3. ¿Qué dolor, daño u otros sentimientos influyeron en mi conducta?

b) Aceptación

Estás son tres afirmaciones para aceptarnos a nosotros mismos sin juzgar:

1. Desearía que ................................ no hubiese sucedido, pero fue solamente un intento de satisfacer mis necesidades.
2. Me acepto sin valoración o sensación de maldad por ello.
3. Por equivocada que fue mi decisión, me acepto como alguien que como todas las personas solo intenta sobrevivir.

c) Perdón

Dos afirmaciones para recordarnos que el perdón consiste en dejar la hoja en blanco:

1. Se acabó, puedo dejarlo pasar.
2. No me debo nada por este error.

Ejemplo de caso

El Sr. X se odiaba por una decisión juvenil. Unos implantes dentales (brackets metálicos) para corregir su postura dental, colocados a la edad de 17 años, le perjudicaron: residuos tóxicos entraron en su via digestiva dañando al hígado. Años más tarde, padeció de hepatopatía crónica. Cuando era joven su economía solo le permitía los implantes que produjeron oxidación. El Sr. X lamentaba esta decisión temprana. Era evidente el autodio en frases como: «Fui un tonto», «Me arrepiento», «Mejor no lo hubiera hecho», «Es insoportable». Aquí el remedio es emplear la voz compasiva. Por ejemplo:

a) Comprensión

1. ¿Qué necesidades trataba de satisfacer?
En aquel tiempo, quería corregir un defecto para verme mejor.

2. ¿Qué conocimientos o recursos tenía a mi disposición en ese momento?
El dentista no me informó con detalle las consecuencias; además, no contaba con suficientes recursos económicos.

3. ¿Qué dolor, daño u otros sentimientos influyeron en mi conducta?
Sentía vergüenza por tener mala postura dental.

b) Aceptación

1. Desearía que la intervención dental no hubiese sucedido, pero fue un intento de satisfacer mis necesidades.

2. Me acepto sin valoración o sensación de maldad por ello.

3. Por equivocada que fue mi decisión, me acepto como alguien que intentaba hacer lo mejor.

c) Perdón

1. Se acabó, puedo dejar pasar este error.

2. No me debo nada por esto. Odiarme no reparará el daño.

Espero que te sea útil el artículo. Si tienes alguna duda, déjame tu comentario o escríbeme al correo electrónico. También te invito a suscribirte al boletín electrónico totalmente gratis.

Finalmente, una frase para meditar: «Si tu compasión no te incluye a ti mismo, es incompleta» (Jack Kornfield)

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