Las relaciones familiares son fuente de bienestar emocional, crecimiento y soporte. Sin embargo, en algunos casos pueden ser fuente de estrés. Detrás de estos problemas se encuentran creencias tóxicas acerca de la familia. Confundir estas creencias con verdades absolutas es un error frecuente. He recogido algunas de las creencias tóxicas más extendidas acerca de la familia.
Creencias
Las creencias son suposiciones acerca de nosotros mismos, las personas y las situaciones. Se adquieren por aprendizaje y llegan a ser guías personales para comportarse y hacer evaluaciones específicas de cosas o sucesos. Considera la siguiente creencia como ejemplo:
«Si alguien nos ama debe adivinar nuestras necesidades y sentimientos»
Creencias como estas acerca de las relaciones amorosas y familiares se aplican, cotidianamente, como “reglas” sin cuestionar su validez o certeza ¿Dime que opinas?
En este artículo usamos “creencias tóxicas” como sinónimo de "creencias irracionales”. Veamos algunas características.
Creencias irracionales
Irracional quiere decir pensamiento rígido, absolutista, no-acertado, catastrófico, autoderrotista e irrealista. Es cualquier creencia que lleva a consecuencias autodestructivas que interfieren con la supervivencia y felicidad humana. Por tanto, ellas son:
1. Son poco realistas.
2. No se apoyan en evidencias suficientes al hacer juicios, opiniones o llegar a conclusiones.
3. Producen sentimientos inapropiados (ira, ansiedad, culpa, depresión, etc.)
4. Se expresan como “reglas rígidas”, “exigencias” o “demandas”.
5. Atribuyen automáticamente motivaciones negativas a las demás personas.
En las relaciones interpersonales en general y familiares en particular se revelan una serie de creencias irracionales que producen perturbación emocional. Estas son algunas:
1. Es necesario tener la aprobación de mi familia para ser feliz o sentirme completo
Cuando existen carencias afectivas se busca excesivamente la aprobación familiar. Estas personas se muestran complacientes en extremo aun actuando en contra de sus propios intereses. La situación es más aguda cuando los padres 'imponen' a los hijos sus gustos, amistades, pareja y hasta la profesión. Es como si les dictaran qué hacer hasta adultos. Cuando los hijos buscan la autonomía por derecho propio son 'bombardeados' por mensajes familiares de crítica y desvalorización. La solución es mantenerse firme y actuar en contra de la presión familiar. La tarea de los seres humanos es desarrollar autonomía y convertirse en personas auténticas.
2. Necesitamos a alguien más fuerte que nosotros (padres, abuelos, hermanos, etc.) para protegernos
La familia es fuente de soporte emocional, cuidados y ayuda en momentos de adversidad. Sin embargo, la tarea de solucionar problemas y alcanzar autonomía es personal. Es importante desarrollar las fortalezas psicológicas que nos ayuden a valernos por nosotros mismos. Esta creencia es frecuente en personas que se sienten desamparadas y víctimas del destino quizás debido a una historia de abandono durante la infancia.
3. Mi familia debería demostrarme su amor todo el tiempo
Esta es una exigencia inmadura. Generalmente, se observa en personas con un estilo afectivo dependiente. Las carencias afectivas que se arrastran desde la infancia llevan a algunas personas a pedir muestras de amor constantemente a familiares, amigos y parejas. Además, entienden las relaciones como si fueran de un solo lado, es decir, solamente recibir afecto. Sin embargo, para desarrollar relaciones íntimas y satisfactorias también hay que ofrecerlo.
4. Mi familia debería estar siempre disponible cuando los necesito
Esta es otra exigencia inmadura de la dependencia afectiva. La familia puede proporcionar recursos valiosos (afecto, información, económicos) frente a una crisis, pero la responsabilidad de afrontar los problemas es individual. Sin embargo, las personas dependientes no solamente exigen el apoyo familiar sino que demandan que la familia se haga cargo de sus problemas reforzando una imagen de desamparo y minusvalía.
5. Si mi familia (padres, hermanos, abuelos, etc.) me decepcionan, eso los convierte en malas personas y merecedoras de castigo
Somos seres humanos imperfectos así que es posible que la familia cometa errores o sea motivo de decepción algunas veces. No existe relación perfecta ni siquiera entre padres e hijos. Es mejor ser tolerantes con las decepciones y ponderar la gravedad del problema. Todos tenemos licencia de cometer errores. También la familia.
6. Si mi familia critica mis errores eso significa que no tengo ningún valor o ellos no me quieren
La irracionalidad de esta creencia consiste en confundir un mal desempeño con el valor personal. Un fracaso en el desempeño no invalida a nadie. Los errores son elementos necesarios en el proceso de aprendizaje. Una visión más realista de tu valor como persona es la de pensar que este depende de aspectos como la capacidad de estar vivo, tus esfuerzos por hacer las cosas bien o el disfrutar de la vida.
7. Mi familia debería anticipar mis necesidades si en verdad me aman
En las relaciones familiares e interpersonales es mejor hacer peticiones asertivas al momento de comunicar nuestras necesidades. Si bien la familia tiene algún conocimiento acerca de sus miembros, esto no es una regla absoluta. Nadie tiene una "bola de cristal" o poderes telepáticos para saber lo que hay en la mente de los demás.
8. Es una necesidad para mí demostrar mi valor ante mi familia
Las personas con problemas de autoestima intentan repetidamente demostrar su valor como personas en las relaciones interpersonales incluyendo la familia. Ellas sienten ansiedad cuando no es posible. Tienen la sensación de estar siendo evaluadas en cada aspecto de su vida. Sin embargo, tener buena autoestima pasa por aceptarnos a nosotros mismos con fortalezas y debilidades más que preocuparse por la valoración de los demás.
9. Si me esfuerzo por complacer a mis padres ellos deberían valorarme en retribución
Es mejor hacer las cosas por el propio bienestar sin esperar retribución. Las personas que mantienen esta creencia acumulan gran malestar innecesariamente cuando sus esfuerzos no son reconocidos o la recompensa esperada nunca llega. Conviene reconocer que existen familias con deficientes habilidades de comunicación que tienen dificultades al momento de elogiar a sus hijos.
10. Si comparto mis secretos con mi familia ellos lo usarán en mi contra y perderé mi autonomía
Ciertos niveles de intimidad son saludables, pero el extremo de mantenerse hermético y autosuficiente no contribuye a mejorar las relaciones interpersonales. Lamentablemente, la resistencia a revelar sus interioridades surge en algunas personas cuando el clima familiar no ha sido inadecuado. Las familias se equivocan cuando no fomentan la expresión de ideas y emociones en los hijos. Hay familias que no solamente invalidan las expresiones personales sino que hacen burla o sarcasmo de ellas.
11. Es una necesidad para mí ser el preferido por mi familia de lo contrario creo que no me aman lo suficiente
Esta necesidad tiene un origen temprano. Probablemente sus raíces se encuentran en la rivalidad fraterna. Por ejemplo, cuando nace el hermano menor, la fantasía de muchos niños es volver el reloj atrás y recuperar la preferencia de los padres. Algunos adultos compiten obsesivamente por la preferencia de la familia. Cuando no se logra el objetivo hay celos, resentimiento y la sensación de haber sido desplazado.
12. Mi familia debería aceptar incondicionalmente mis gustos, conducta, amigos, etc. De lo contrario significa que no me aman
Es difícil conseguir el 100% de aceptación inclusive en la familia. Los seres humanos somos diferentes en cuanto a gustos, preferencias, actitudes, etc. Este es el sello de nuestra individualidad. No podemos pretender que la familia, pareja o amigos validen totalmente nuestra existencia. En todo caso, la aceptación incondicional tiene que surgir de nosotros mismos.
13. Mi familia debería alentarme y motivarme todo el tiempo para realizar mis planes y proyectos
Inicialmente es conveniente recibir el aliento y motivación familiar, pero esto es condicional. Es un tipo de motivación externa (extrínseca). Esta motivación puede agotarse y no alcanza para sostener proyectos a largo plazo. En cambio, la motivación interna (intrínseca) surge del placer y dominio de la tarea. Aquí es innecesario el aliento y motivación familiar o de otras personas.
14. Mi familia debería darme la razón todo el tiempo sino significa que no me aman lo suficiente
Tener una opinión en contra no significa falta de amor. Estás confundiendo las cosas. Esta es una absurda idea conocida como "tener razón" dentro de la psicología cognitiva. Todos tenemos derecho a la opinión propia. Además, una relación se hace más sólida cuando somos empáticos y tratamos de entender otros puntos de vista.
15. Mi familia debería perdonarme siempre sin importar lo malo o estúpido que haya sido mi comportamiento
Así como existen hijos extremadamente complacientes, existen familias complacientes. En estos hogares no se ponen límites o reglas a los hijos. Estas familias consentidoras permiten que los hijos estén al 'mando' en su intento de agradarlos. Estas inadecuadas pautas de crianza son el origen de personalidades narcisistas. Las personas con rasgos narcisistas no son conscientes de sus errores o los minimizan. Ellas creen merecer el beneficio del perdón gratuitamente sin realizar actos de reparación o solamente haciendo promesas de cambio.
Psicólogo Renzo Angel Benvenuto
rbenvenuto@doctor.com
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