Lograr el equilibrio entre trabajo y bienestar es fundamental. Cuando se rompe el equilibrio, trabajar se vuelve aburrido y estresante. Según la psicología oriental, el problema no es la naturaleza del trabajo sino nuestras actitudes hacia él. Estos 5 principios de inteligencia espiritual pueden ayudarte a recuperar la armonía.
1. Menos ego más empatía
El ego es fuente de innumerables conflictos laborales. La filosofía oriental considera al ego como una máscara que esconde nuestro verdadero yo. El uso excesivo de las máscaras hace que se peguen al rostro y es cuando nos perdemos a nosotros mismos en la apariencia. Es el caso de los directivos con liderazgo autoritario. Paradójicamente, detrás de una actitud agresiva e intimidante se esconde una necesidad desesperada de aprobación.
El ego también es fuente de necesidades neuróticas. Según Karen Horney estas necesidades se sienten como demandas imperiosas de lograr los objetivos y resultando en frustración cuando no son alcanzados. Entonces, ya no inporta a quien atropelles en el camino. Aquí lo que vale es satisfacer estas necesidades. Podemos citar las necesidades de poder, control, reconocimiento y logro.
Precisamente para "descentrarse" del ego (centrismo) debemos desarrollar empatía. La empatía laboral fortalecerá las relaciones horizontales y verticales. Ponerse en los "zapatos ajenos" adicionalmente beneficiará al clima emocional, si somos capaces de reconocer las necesidades de los demás.
2. Nada dura para siempre
El sabio Heráclito decía: "Todo fluye, todo cambia, nada permanece". Cuando adoptamos esta perspectiva estamos en armonía con la vida. Piénsalo bien: Todo es temporal. Así que disfruta las cosas porque no durarán una eternidad, pero permanece abierto al cambio. No te resistas a los nuevos proyectos, tareas, o grupos en el trabajo. Paulo Coelho comenta que es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.
Por otro lado, debemos aprender a cerrar círculos. Hay que dejar ir, dar vuelta a la hoja, vivir solo lo que tenemos en el presente. "La vida es una eterna despedida" como señala el poeta alemán R. Maria Rilke. ¿Perdiste el trabajo? Quizás sea para mejor. No te desgastes "revolcándote" en el dolor. En cambio, mira hacia el frente. Lo mejor está por llegar.
3. El desapego de los resultados
¿Te gustaría producir más trabajando menos? ¿Es posible alcanzar buenos resultados con menos esfuerzo? La respuesta es sí. Esto es posible solamente en estados de "flow". El término describe nuestro estado óptimo de funcionamiento. El psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi refiere que en tales condiciones disfrutamos la tarea olvidándonos del tiempo.
Para estar en "flow" debemos buscar actividades que estén alineadas con nuestros talentos personales. En estos casos, la actividad "per se" genera motivación intrínseca. Por ejemplo, el director de orquesta André Rieu comentó recientemente: "Puedo hacer música durante largas horas sobre el escenario porque disfruto lo que hago".
El estado de "flow" adicionalmente nos permite desapegarnos de los resultados pues estamos plenamente concentrados en la tarea. Contrariamente, la obsesión por el logro genera estrés. Consecuentemente, el rendimiento es pobre y el resultado mediocre. Eckhart Tolle sabiamente afirma: "No te preocupes por el fruto de tus acciones: mantente atento a la acción misma. El fruto ya vendrá cuando corresponda".
¿Cómo puedo alinear mis talentos con mi trabajo? Te recomiendo involucrarte en actividades que realmente disfrutes: planificar, analizar, atención al público, ventas, etc. Puedes solicitar una rotación o intercambiar tareas con otros empleados de la empresa. Si todo esto no es suficiente, un cambio de trabajo es la opción adecuada.
4. Elimina el pensamiento dualista
Según el Dalai Lama: "La felicidad está determinada más por el estado mental que por los acontecimientos externos". En el mismo sentido, Epicteto asevera: "Los hombres se ven perturbados no por las cosas, sino por las opiniones de las cosas." Esto significa que somos creadores de negatividad. Nuestro "lado oscuro" se manifiesta como pensamientos negativos o interpretaciones erróneas.
Los pensamientos negativos adquieren muchas "formas y tamaños". Entre ellas, el llamado "pensamiento polarizado" es responsable de conflictos internos y externos. En el pensamiento polarizado las cosas son blancas o negras, buenas o malas. Interpretamos los hechos como si pertenecieran a dos polos opuestos. Es una forma de pensar absolutista, de todo o nada. La persona ha de ser perfecta o es una fracasada, inteligente o estúpida, hábil o torpe, etc. No existe el término medio. No existen matices de colores en la realidad. Ahora ¿Puedes imaginar los conflictos potenciales si pensamos de esta manera? Seguramente etiquetaremos a las personas como amigas o enemigas, simpáticas u hostiles, héroes o villanos poniendo barreras a relaciones auténticas en el trabajo.
5. Aprende a vivir el presente
La gente tiende a residir más en las cosas negativas que en las positivas. Por tanto, la mente se obsesiona con las cosas negativas, con juicios, culpa y ansiedad producida por pensamientos sobre el futuro o la culpa del pasado. Sin embargo, el "presente" es el gerundio que nos mueve, lo que está ocurriendo "aquí y ahora" y no el futuro que nos arrastra o el pasado que nos oprime. El mundo no está hecho, se está haciendo, y nosotros con él.
Ese es el simple secreto de la felicidad comenta Osho: "Hagas lo que hagas, no dejes que el pasado se interponga, no dejes que el futuro te moleste. Porque el pasado ya no existe, y el futuro aún no ha llegado. Vivir en la memoria, vivir en la imaginación es vivir en la no existencia.
Eckhart Tolle en su libro: "El Poder del Ahora" también escribió: "Date cuenta profundamente de que el momento presente es todo lo que tienes. Haz del Ahora el enfoque principal de tu vida". Además, enfocarse en el presente es una habilidad saludable en el trabajo. Por el contrario, la tendencia al "multitasking" ha demostrado ser improductiva. Esto sucede por la incapacidad de concentrarse en el "aquí y ahora". Saltar de tarea en tarea para "ganar tiempo" es una ilusión. El hacer cosas en paralelo eleva los niveles de estrés y ralentiza los procesos según diversos estudios. Esto, porque el cerebro responde a esta sobrecarga de información ordenando que se liberen descargas de adrenalina y otras hormonas del estrés, como el cortisol, lo que, además de generar ansiedad, puede causar dolores de cabeza, problemas digestivos y estomacales e insomnio. Además, el cortisol, en niveles muy altos, puede producir presión alta, bajar las defensas y predisponer a la diabetes tipo 2.
Finalmente, estas reglas funcionarán en la medida que experimentes con ellas. No se trata de puro conocimiento. Se trata de cambiar de perspectiva con respecto a la vida en general y el trabajo en particular. Si te gustó el artículo, te invito a comentarlo.
Psicólogo Renzo Angel
rbenvenuto@doctor.com
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