La violencia contra la mujer es un problema social y de salud pública. Desde el abuso psicológico, físico hasta el feminicidio, las estadísticas muestran una cruda realidad que parece empeorar cada día. La psicología busca responder a la pregunta: ¿Cómo piensa el hombre que maltrata o abusa de su pareja? Esta es una cuestión importante a la hora de reconocer un potencial agresor. Aqui algunas luces.
Violencia contra la mujer
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta violencia incluye la violencia física, sexual y psíquica y los comportamientos dominantes por parte de sus parejas actuales o anteriores.
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En el Perú
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables ha registrado entre enero y agosto de este año 85 feminicidios, 171 tentativas de feminicidio y 44,879 casos de violencia contra la mujer. Lo que llama la atención es que en el mes de agosto hubo un incremento de denuncias de 37% respecto a julio, y en el mismo periodo también aumentaron las tentativas. Al parecer el panorama es alarmante.
Factores psicológicos
La violencia contra la mujer es un problema multidisciplinario. Sin embargo, desde la psicología sabemos que en la agresión influyen factores psicológicos como trastornos de personalidad, adicciones, baja empatía y distorsiones cognitivas.
En la dinámica de pareja, el maltratador suele comenzar acosando a la víctima, reduciendo su libertad, aislándola de su entorno (familia, amigos, etc.), socavando su autoestima, bloqueándola y minando su percepción de seguridad, trasformándola poco a poco en dependiente.
¿Cómo piensa el agresor?
Podemos responder haciendo un recuento de las distorsiones cognitivas del agresor. Las distorsiones cognitivas son formas erróneas de interpretar la realidad. Están presentes en distintos tipos de trastornos mentales (como la depresión, los trastornos alimentarios o el trastorno psicótico entre otros) y su descripción es habitual en delincuentes y personas violentas.
Perfil cognitivo
Las distorsiones cognitivas influyen en el desarrollo y mantenimiento de la violencia. En agresores de pareja, la negación del problema y la culpabilización de la víctima son especialmente prevalentes, promoviendo una menor asunción de responsabilidades. Además, suelen minimizar el problema o su impacto. La ausencia de responsabilidad, la atribución de culpa a factores externos como forma de justificarse (estrés, alcohol, características de la víctima) también es recurrente.
Los esfuerzos por establecer el perfil cognitivo del maltratador han derivado en la construcción de cuestionarios como El Inventario de Pensamientos Distorsionados sobre la Mujer y el Uso de la Violencia (IPDMV) de Echeburúa y Fernández-Montalvo, 1998. Este instrumento de evaluación señala algunas distorsiones cognitivas:
1. Las mujeres son inferiores a los hombres.
2. Si el marido es el que aporta el dinero en casa, la mujer debe estar subordinada a él.
3. El marido es el responsable de la familia, por lo que la mujer le debe obedecer.
4. La mujer debe tener la comida y la cena a punto para cuando el marido vuelva a casa.
5. La obligación de una mujer es tener relaciones sexuales con su marido. aunque en ese momento no le apetezca.
6. Una mujer no debe llevar la contraria a su marido.
7. Una mujer que permanece conviviendo con un hombre violento debe tener un serio problema psicológico.
8. Cuando un hombre pega a su mujer. ella ya sabrá por qué.
9. Si las mujeres realmente quisieran, sabrían cómo prevenir nuevos episodios de violencia.
10. Muchas mujeres provocan deliberadamente a sus maridos para que estos pierdan el control y les golpeen.
11. El hecho de que la mayoría de las mujeres no suela llamar a la policía cuando están siendo maltratadas, prueba que quieren proteger a sus maridos.
12. Si muchas mujeres no fastidiaran tanto a sus maridos, seguramente no serían maltratadas.
La Psicología Cognitiva sostiene que mantener distorsiones cognitivas, creencias irracionales o esquemas mentales desadaptativos son la fuente de innumerables problemas clínicos. De allí la importancia de inventariar las cogniciones del agresor de la mujer.
Primer paso
Luego de dar el primer paso y haberse separado del agresor, aún queda mucho camino por recorrer: la mujer debe reorganizar y recuperar las riendas de su vida. Adicionalmente, las secuelas del maltrato requieren psicoterapia pues los síntomas psicológicos se vuelven crónicos. Hay que iniciar urgentemente el tratamiento contra las secuelas como el estrés postraumático, la depresión y trastornos de ansiedad.
Psicólogo Renzo Angel Benvenuto
rbenvenuto@doctor.com
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