Dolor, sensación de vacio, confusión... es el precio que pagan las personas que "aman demasiado". Ellas llegan al extremo de identificar el amor con sufrimiento. Sin embargo, esto es sólo una caricatura del amor. Sufrir no es la solución.
Mi mundo eres tú
La pareja se covierte en el centro del universo, la única que puede llenar ese agujero que tales personas sienten, pasando a ser imprescindibles. Con la presencia de ellos desaparecería la sensación de vacío, reemplazándose por una ilusión de plenitud.
La pareja se covierte en el centro del universo, la única que puede llenar ese agujero que tales personas sienten, pasando a ser imprescindibles. Con la presencia de ellos desaparecería la sensación de vacío, reemplazándose por una ilusión de plenitud.
Dependencia emocional
El riego es que el otro se vuelva tan importante que no se pueda "vivir sin él o ella", o mejor dicho, que su ausencia (aunque sea temporaria) produzca mucha angustia y sensación de abandono. Es común ver que en estas relaciones hay cierta dependencia precisando implementar distintas maneras para disimular la distancia, por ejemplo: llamarse varias veces al día, hacerse regalos (cartas, caramelos, detalles), hacer las mismas actividades, ¿compartir todo? o ¿imposibilidad de desapegarse?
Dominio / Control
Con frecuencia aparecen los controles, las demandas excesivas de atención, los celos desmesurados, se cierra el círculo de amigos porque "como se aman deben" estar siempre juntos... Cada vez el vínculo se hace más simbiótico y la menor señal de autonomía se vivencia como una herida profunda y/o como un acto de desamor. Con el tiempo uno de los dos se convierte en el dador y el otro en el receptor; la pareja se torna dispareja. En consecuencia, ambos se pierden la posibilidad de pedir, de extrañarse, se ser distintos, de ser uno mismo y de estar uno con el otro pero de verdad.
Desapego / Autonomía
En estas relaciones se pierde esto de ser dos individualidades compartiendo un mismo rumbo, se confunden, se fusionan y actúan como si fueran uno solo. ¿La solución? El desapego. El único camino saludable es recuperar la individualidad aunque sea doloroso. Irónicamente, es el dolor que puede aliviar el dolor.
Psicólogo Renzo Angel Benvenuto
rbenvenuto@doctor.com
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